¨Blog dedicado al arte de la gastronomía y todo lo que implica ser ... una chef frustada¨

jueves, 27 de enero de 2011

Carpaccio de betabel


El betabel nunca fue de mis vegetales favoritos, de hecho no lo empecé a comer hasta hace como dos años, así que dure más de veinte años sin haberlo probado. Me acuerdo en un viaje a Roma con mi familia cuando yo tenía trece años que todos los días en el desayuno del hotel, que era un buffet inmenso repleto de todo lo que te pudieras imaginar, había una barra de frutas y vegetales y siempre había betabel.

Todos los días que estuvimos en ese hotel mi hermana desayunaba betabel con limón, a mí se me hacía la cosa más rara del mundo, porque había cosas deliciosas, miles de panes salados y dulces, postres, huevos en mil y una formas y miles de cosas más.

Yo creo que “mi odio” al betabel empezó desde el incidente de la pared morada -que fue manchada de betabel - cuando yo era bebe. Dice mi mamá que aventaba tan fuerte el betabel y tan lejos que nunca me lo intento dar otra vez, aunque yo creo que solo quería una pared color morado, ya dos se le hacía mucho.

Cuando por fin le di oportunidad al betabel me encantó, no podía creer que era verdad lo que me decían que el betabel sabía a elotitos, yo siempre pensé que era broma o una mentirita blanca para que me animara y lo probara. Todo empezó en la cena de Navidad hace dos años, yo era la encargada de todos los acompañamientos y encontré en internet una receta de unos vegetales rostizados al horno y uno de esos vegetales era betabel. No sé cómo fue que decidí darles una oportunidad en la cena de Navidad y ¡qué bueno que lo hice! Los vegetales quedaron deliciosos y desde ahí siempre buscaba recetas nuevas para hacer con betabel.

Esta receta la inventé porque quería algo distinto al betabel horneado, o al vapor y no tenía ganas de hacer chips de betabel y como ayer en el festejo de cumpleaños de mi papá estuve tentada a pedir un carpaccio de salmón pero en vez pedimos un churrasco me quede con las ganas y creo que de ahí salió la inspiración.  

Ingredientes:
1 betabel grande, sin los tallos y pelado
El jugo de 3 limones
Aceite de oliva
Vinagre balsámico
Hojas de albahaca fresca
Hojas de menta fresca
Sal y pimienta


Elaboración:
Se cortan los tallos del betabel con el cuchillo y se pela. Las manos les van a quedar rosas o moradas, es normal, se quita después de cómo 4 o 5 lavadas.


  
          Se que parece sangre lo que traigo en el dedo en la foto del medio pero es el colorantes del betabel


Con una mandolina o con un cuchillo afilado se cortan láminas muy delgadas del carpaccio y se van acomodando en un plato. Cuando ya se acomodaron todas las láminas se exprimen los limones por todo el plato y agregamos un chorrito de aceite de oliva y otro poquito menos de vinagre balsámico.

        

Aderezamos con sal y pimienta y para darle los toques finales adornamos con las hojas frescas de albahaca y menta. Lo dejan reposar por media hora como mínimo para que el betabel tenga tiempo de absorber el jugo de limón y los demás sabores.

Después de que reposo por media hora el jugo de limón se pinta de morado



martes, 25 de enero de 2011

Dimensión desconocida del mundo cibernético


Después de 3 meses o más de traer la idea de querer abrir un blog por fin tuve el valor. Algo siempre me detenía o hacia que los pospusiera pero hoy NO. Tras dos días de pláticas motivacionales de mi mamá y mi querido esposo de que ya era momento de empezar a hacer algo de aquí estoy. 

Se preguntaran ¿por qué una chef frustrada? Bueno espero que haya alguien aunque sea una persona que lo esté leyendo, aunque no sea así aquí va. Soy una amante de la gastronomía, de la comida, del sabor, los olores, de la cara de satisfacción o felicidad en las personas cuando comen algo que yo cocine, de los libros de cocina; en pocas palabras la cocina es mi PASIÓN

 Es por eso que estudie gastronomía, aunque mi carrera en si era más especializada hacia la administración de restaurantes tuve una probada de lo que es la verdadera gastronomía un año antes de entrar a carrera cuando me fui a Paris a estudiar un año en una de las mejores escuelas del mundo (Gracias Papás, no saben cómo se los agradezco).

      La Tour Eiffel, c.1935. Raoul Dufy


Tras empaparme un año de la cocina que vio nacer a todas las demás y aprender de los mejores chefs y hasta hacer prácticas en el “Jules Verne” el restaurante de la Torre Eiffel, me regresé a mi ciudad a empezar la carrera. Aunque no era lo que yo me imaginaba sabía que tenía que seguir, que no estaba lista para salirme de la carrera y empezar a trabajar usando el titulo que había obtenido un año antes.  

Después de 4 años termine la carrera y no solamente eso, me casé a los 3 meses con el amor de mi vida. Aquí es donde empieza lo de la chef frustrada.  Me enfoque tanto en la planeación de la boda que nunca llegue a pensar en lo que quería hacer después de eso, y aquí estoy tres meses después todavía sin trabajo pero con ganas de seguir mis sueños y hacer lo que me gusta.  Así que esa soy yo, la CHEF FRUSTADA pero que tiene sus dulces momentos en donde les voy a compartir recetas deliciosas, tips de cocina, fotos y mucho más. Nos vemos en la próxima entrada. 

Au revoir!